lunes, 3 de noviembre de 2008

Un poco de economía - 3º parte -

Esta parte que seleccione acá habla de como el sistema del patrón oro muy “de moda” a principios del siglo XX servía a los intereses del sistema financiero internacional y como los bancos centrales, lejos de defender los intereses nacionales, fueron solo un invento para regular un poco los prestamos bancarios y evitar lo mas posible las hecatombes financieras generadas por dicho sistema usurero.

Juan Martín Ledesma

A ESCALA MUNDIAL...


“Una vez trazado el esquema de las actividades del banquero “nacional”, es decir, del hombre que inventa un dinero que no existe, pero al que extrae un interés que hace pagar a sus conciudadanos, convendría ahora, observar la otra vertiente de las actividades bancarias.”

“El banquero “internacional” abre créditos a firmas que se dedican al comercio con países extranjeros: compañías importadoras o exportadoras, fletadores, navieros, agentes de aduanas, compañías de seguros, etc. Le interesa a este banquero que el volumen del comercio exterior se mantenga a un buen nivel, para preservar la aceptación de sus préstamos. Es evidente que cuando los colegas de este señor, los banqueros “nacionales” se hallan a principios o a mediados del ciclo inflacionario, es decir, que están concediendo abundantes créditos y queda aún lejos el fatídico cociente 9, el volumen de las exportaciones tiende a disminuir, ya que las gentes pueden comprar las mercancías que se producen en el propio país, y éste sólo exporta sus excedentes. En ese caso, el banquero “internacional” tiene interés en que los “nacionales” reduzcan sus préstamos. En realidad, él hace lo mismo que el “nacional”, es decir, concede créditos a empresas relacionadas con el comercio exterior, e incluso a países extranjeros, para que compren en el propio.”
“Por consiguiente, cuando el mercado interior se halla en plena prosperidad, o sea, en plena inflación crediticia, el banquero “nacional” recibe todo el apoyo, o el “crédito” de su colega, el banquero “internacional”. Y cuando a la prosperidad sigue la cíclica crisis, o sea la deflación monetaria, el banquero “nacional”, conforme va cancelando sus créditos, va abriendo una parte de éstos en favor de su colega “internacional”, que financia las exportaciones y que, además, en esas circunstancias, recibe la ayuda de la asustada Administración Pública, que ve en la Exportación un medio de procurar trabajo a las masas que se están impacientando. Aparecen entonces las desgravaciones fiscales, las primas a la exportación y demás tipos de apoyo directo e indirecto. Podrá argumentarse que la Administración no tiene porqué reaccionar de esa manera y, en vez de coadyuvar al timo bancario, nacional o internacional, puede poner coto a sus actividades, impidiendo la creación de dinero incontrolado, a escala nacional e internacional, y creándolo ella misma, de acuerdo con el volumen de mercancías que se hallan en espera de ser consumidas. El argumento es muy bonito y totalmente válido en otro mundo o en otras circunstancias. En este mundo, y en estas circunstancias, DINERO SIGNIFICA PODER, y como el Dinero y, lo que es muchísimo más importante, la facultad de crearlo, es de la Finanza, resulta que la Administración se halla al servicio de aquélla, y no al revés, como debiera ser.”

“Y bien sabe cualquier funcionario público, por altísimo que sea su rango, que cualquier veleidad de independencia suya frente a los poderes omnímodos de la Finanza pondrá en marcha un mecanismo que empezará por una campaña de prensa en contra suya y terminará por una carta de su superior jerárquico “agradeciéndole los servicios prestados”. Dicho superior jerárquico deberá actuar así, por estar ligado él mismo al Sistema, o por constarle que, de apoyar a su subordinado, él perderá, con toda seguridad, las próximas elecciones.”




EL PATRON ORO

“Todo el mundo ha oído hablar del Patrón Oro. Pero nadie ha sido capaz de dar una explicación clara de lo que es.”

“Antes de la aparición de la Máquina, los metales preciosos -la plata y, más corrientemente, el oro- servían de instrumento de cambio. Precedieron a la aparición del papel moneda y, en aquélla época, que podemos denominar de Escasez, o, al menos, de relativa Escasez, servían el propósito que se les atribuía.
En la actualidad, las monedas nacionales están basadas en el Oro. Es evidente que, en una Economía sana, debieran basarse en lar mercancías, pero esto no conviene a los intereses de la Finanza.”

“Está claro que mientras alguien controle la provisión de oro y sólo sobre éste pueda crearse dinero, ese alguien controlará el monopolio del dinero.”

“La mejor definición actual sobre el Patrón Oro le han dado, a nuestro juicio, Colbourne y el escocés Douglas: “El Oro es una medida internacional de cambio”. Admitimos que es una definición corta y, sobre todo, poco completa, pero es que no puede decirse nada más que sea exacto. Si acaso, puede añadirse que en épocas de Escasez, al ser de difícil obtención y aparecer con lentitud las mercancías en el mercado, podía cumplir su misión, muy imperfectamente, pero, en fin, podía servir. Pero en la actual Epoca de la Abundancia, el Patrón Oro, objetivamente hablando, no puede ser definido más que como una incongruencia. En la actualidad, las monedas de todos los países no debieran tener más Patrón que el Trabajo.”

“Hemos dicho que el Oro es una medida internacional de cambio, y vamos a ilustrarlo con un ejemplo sencillo y corriente de comercio internacional. Empecemos por precisar que, como el dinero oficial, es decir, el papel moneda de una nación, se basa en el oro que ésta posee, cuando una cantidad importante de oro sale de un país, inmediatamente se substrae de la circulación papel moneda por el valor del oro en cuestión. En otras palabras, una cantidad de poder adquisitivo desaparece del mercado doméstico, cantidad igual al oro que sale del país. Tal desaparición de poder adquisitivo provocará una caída en los precios y frenará el “boom” o la prosperidad antes de que se convierta en un peligro para los banqueros. Esto es práctica corriente en todos los países y por eso se considera que es un desastre el descenso de las reservas de oro -lo que se produce cuando las importaciones superan a las exportaciones- pues ello significa que la Balanza de Pagos está en déficit.”

“supongamos que un banquero suizo presta mil millones de francos suizos al gobierno colombiano para que éste compre un par de centrales térmicas. Y supongamos también que los italianos las producen más baratas que los industriales suizos. ¿Qué sucederá, entonces? Pues sucederá que los colombianos comprarán las centrales térmicas a Italia; técnicos italianos se desplazarán al altiplano de Colombia, con el material correspondiente, procederán al montaje de las centrales, y el banquero suizo pagará a los italianos. Pero el pago deberá hacerse en liras, toda vez que los francos suizos, en principio, no les sirven para nada a los italianos. En pocas palabras: el banquero deberá comprar liras con francos suizos, y entonces las liras subirán, serán más caras, y los francos suizos bajarán, serán más baratos, en el mercado de divisas. Y eso, ¿por qué? Pues porque, como es bien sabido, cuanto más sube la demanda de una mercancía -y el dinero, para un financiero es una mercancía- más sube su precio. De manera que si las liras suben demasiado con relación a los francos suizos, resultará más ventajoso para el financiero usar sus francos suizos para comprar oro y luego utilizar ese oro para comprar liras. Y, en tales circunstancias, el oro saldrá de Suiza. Entonces, mil millones de francos suizos, en billetes de banco, desaparecerán de la circulación. Y los precios bajarán. Y los salarios, también. La consecuencia de esa baja será que entonces los suizos estarán en disposición de producir centrales térmicas más baratas como las de los italianos, o más. Entonces los colombianos, o quien fuere, podrá comprar esa mercancía en Suiza, y el oro no deberá salir del país.
Las consecuencias de esta tan lógica, como funesta política financiera son las siguientes:
a) La Finanza Internacional puede enfrentar a los pueblos, unos contra otros.
b) Puede nivelar hacia abajo los salarios de las clases laboriosas de todos los países industrializados.
c) Por consiguiente, puede impedir que cualquier pueblo tenga un poder adquisitivo suficiente para comprar sus propias mercancías y obligarle a exportarlas en competencia con todos los demás países.
d) Esto significa luchar por la posesión de mercados exteriores, e, indirectamente, tal vez la guerra. A esta última conclusión llega Gottfried Feder”

LOS BANCOS CENTRALES

“El concepto del Patrón Oro es inseparable de la existencia de los llamados bancos “Centrales”, entidades que a pesar de su denominación y empaque oficial son, en realidad, privadas, dirigidas por individuos privados”

“Aunque el primer banco “central” que aparece en Europa, en el siglo XVII, es el Banco de Inglaterra, su precedente hay que buscarlo en el Banco de Amsterdam. Fundado por un judío expulsado de España, Fernández Carbajal, este banco fue el primero en dar a sus clientes un “recibo” o “vale”, que era posible fragmentar por un sistema que fue el precursor del actual “talonario” de cheques.”

“Como todos los precursores, acabó mal. El Banco de Amsterdam fue un mártir de la sagrada causa bancaria. Porque, un buen día, se declaró en quiebra.”

“La naturaleza de los bancos estriba en obtener el máximo rendimiento posible del dinero que prestan, y la naturaleza humana incita a los profesionales del dinero a tomar cada vez más y mayores riesgos, rondando temerariamente el cociente nueve en la relación depósitos-préstamos y, a veces, ocurren quiebras, aunque en ese caso, generalmente es el Estado quien acude con una moratoria para salvar la situación e impedir la ruina de los impositores y, por vía de consecuencia, salva también al banquero.
Incluso los conciudadanos del banquero que no son clientes suyos, han debido pagar entre todos, a prorrata, el auténtico desfalco cometido. Esto crea, claro es, situaciones desagradables. Como válvula de seguridad, para impedir, o dificultar al máximo, situaciones de quiebra, se concibieron los bancos “centrales”.”

“El Banco de Inglaterra fue fundado en el año 1694, por una concesión hecha por Guillermo II a un judío de Amsterdam, Manasseh-ben-lsrael. Esta concesión se basaba en otra anterior, hecha por Oliver Cromwell a Ali-ben-lsrael, también de Amsterdam. Cromwell, que había recibido el apoyo económico de los hebreos de Amsterdam en su lucha contra la Corona, pagó los favores recibidos autorizándoles a que se instalaran en Inglaterra y dieran un 4 y medio por ciento de interés a quien depositara oro en sus cajas fuertes (un interés desmesuradamente elevado) y a su vez lo prestaran al Gobierno a un 8 por ciento”

“La causa de la creación del Banco de Inglaterra fue un préstamo de un millón doscientas mil libras esterlinas a Guillermo III. Los métodos del Banco no eran nuevos; no hicieron más que seguir precedentes. Y el precedente fue la usura practicada en aquél tiempo por los orífices de Londres, que ya actuaban, clandestinamente, antes del legalmente autorizado Alí-ben-lsrael. Esos orífices, que solían prestar con un interés del diez por ciento, miraron en un principio con desconfianza al nuevo Banco, que “sólo” prestaba al 8, aunque pronto subiría al nueve, mientras los intereses pagados a sus impositores se reducirían a un medio por ciento.”

“El Banco de Inglaterra introdujo una novedad con respecto a las prácticas iniciadas por el Banco de Amsterdam. Empezó a emitir vales por la cantidad que el Gobierno debía al Banco; un privilegio concedido al Banco por un Gobierno agradecido a los servicios prestados en varias ocasiones por aquél.”

“De manera que, en agradecimiento a esos servicios al Banco se le concedió la potestad de emitir dinero. Pero dinero real, y no ya sólo promesas de pagar dinero, tal como habían hechos los “pioneros” de Amsterdam o, ya en Inglaterra, Alí-ben-lsrael con anuencia de Cromwell.
El Banco de Inglaterra -repetimos, una entidad privada- fabricaba, literalmente, dinero. Si el Banco tenía diez libras de oro en sus sótanos y prestaba cinco al Gobierno, podía fabricar un billete de cinco libras y ponerlo en circulación, y de esta manera aumentaba la cantidad de diez libras hasta un total de quince; el Gobierno, que usaba cinco y el Banco que disponía de diez, cinco nuevas y cinco viejas: y la cantidad total podía estar en circulación activa, una importante masa de dinero, sin haberse creado, aún, riqueza nueva que lo justificara, es decir, se cometía inflación.”

“Pero la función principal, la esencial, diríamos, del Banco de Inglaterra y de los demás bancos centrales que irían apareciendo en todos los países, no era fabricar dinero, sino, por encima de todo, perpetuar, con el apoyo de la Ley, el sistema bancario moderno”

“El “modus operandi” es el siguiente: El banco “central” presta a los bancos privados dinero legal ténder o bonos del Estado o cualquier otro valor totalmente seguro.”

“Los préstamos del Banco Central a los bancos privados son dinero constante y sonante, son ténder, pues aún tratándose de bonos del Estado, pueden ser cambiados inmediatamente por dinero legal. El Banco Central, como emisor, por privilegio inaudito concedido por el Gobierno, de dinero legal-ténder, pagará siempre con dinero legal-ténder a los que tengan derecho a ello. Los bancos privados, por consiguiente, prestan a sus clientes promesas de pagar dinero hasta nueve veces la cantidad de depósitos que ellos, los bancos privados, poseen en el Banco Central, de la misma manera que prestan promesas de pagar dinero hasta nueve veces superior a la cantidad que ellos poseen en caja. Para los bancos, dinero en metálico y Depósitos en el Banco Central son, realmente, la misma cosa... No obstante, existe una diferencia entre ellas. Dinero metálico es dinero metálico. Es dinero legal-ténder. Pero, como se ha dicho, los depósitos en el Banco Central son préstamos del Banco Central. Dicho Banco Central, como todos los bancos, emite promesas de pagar dinero legal-ténder. Pero puede, también como todos los bancos, cancelar sus préstamos o reducirlos de forma substancial.”

“Cuando un banco privado pierde dinero legal-ténder, también, debe cancelar o reducir sus préstamos de manera que no pueda verse en el riesgo, en ningún momento, de estar prestando promesas de pagar dinero en una proporción que exceda en nueve veces su posesión de dinero legal-ténder”

“Ese mecanismo, mediante el cual los bancos privados toman prestado del banco Central, permite a éste controlarles, aumentando o disminuyendo las cantidades de dinero legal-ténder. Ese control se hace en beneficio de todo el Sistema, pues los Bancos Centrales, en razón de su posición, su volumen, su empaque semi-oficial, sus concomitancias con los bancos centrales de todos los países -concomitancias que saltan por encima de rivalidades políticas nacionales, reales o ficticias- su posibilidad de manejar oro, en una palabra, en razón de su propia importancia, están en disposición única para ver, por encima del barullo del mercado del Dinero, cuándo sus colegas de los bancos privados se están excediendo en sus riesgos y pueden llegar a una situación límite.
Los bancos centrales son, pues, los coordinadores de las actividades de los bancos privados. Son también, la válvula de seguridad y el sello de rentabilidad de los mismos y, en fin, los manejadores del Patrón Oro, que es la clave de bóveda de todo el Sistema, a escala Mundial.”

“En 1844 se firmó, en Londres, el Acta de Control Bancario, que fue aprobada por el Parlamento británico, por la que las reservas de oro de Inglaterra se depositarían obligatoriamente en el banco central, es decir, el Banco de Inglaterra. Esto ya se hacía, en la práctica, desde casi dos siglos, pero la Finanza exigió el respaldo de la Ley, y poco después la tradicional alianza Imperio Británico-Finanza Internacional, empezaría a resquebrajarse. El tradicional legalismo anglosajón garantizaba a la Finanza sus posiciones en Inglaterra, y aquella ya se sentía libre de actuar con más flexibilidad en su política a nivel mundial. Gracias al Acta de Control Bancario, el dinero, oficialmente, quedaba en libertad de “buscar su propio nivel”, es decir, que podía invertir en el extranjero, si le convenía, si allí podía obtener los mayores beneficios dentro de un margen razonable de seguridad. Otra de las consecuencias del Acta consistía en que la exportación de oro, cuando tuviera lugar, debía provocar una insuficiencia de dinero en el mercado doméstico. De eso ya hemos hablado en el epígrafe dedicado al Patrón Oro. Esa insuficiencia de dinero en el mercado interior debe fatalmente ocasionar una baja de precios, obligando, por consiguiente, a los patronos, a reducir los salarios para poder seguir siendo competitivos.”

“La convertibilidad del papel en oro -que eso es el Patrón Oro-, y a precios regidos por la ley de la oferta y la demanda, es un sistema que debe, necesariamente, engendrar la miseria. Los industriales y los agricultores nacionales se ven encerrados en un círculo vicioso. Lo único que pueden hacer para ser competitivos es reducir los salarios de sus obreros, o automatizar más y más sus explotaciones lo que significa, a la corta o a la larga, licenciar a un número determinado de sus empleados. Pero, precisamente, por haber rebajado salarios, o reducido plantillas, ya les será muy difícil, tal vez imposible, colocar todos sus productos en un mercado cuyo poder adquisitivo ha bajado, precisamente a causa de esa baja de salarios, o de ese paro. Los productores nacionales deben orientar, hasta donde sea posible, su producción de cara a la exportación. y así, un sistema cuya finalidad original fue, teóricamente, servir a las necesidades nacionales, se orienta, por la fuerza del nefasto sistema, a la producción de artículos suficientemente baratos para poder competir, con garantías de éxito, en los mercados exteriores. Esta es la finalidad de la Finanza Internacional: el Comercio Exterior. No se permite a ningún país vivir para sí. Por el contrario, cada país debe enfrentarse a todos los demás, para que los beneficios que obtenga el Dinero sean en todas partes los mayores posibles.”

“¿En qué consiste el “juego del patrón oro”? Pues se basa en el intercambio de productos entre dos países. Los países, como los individuos, son, a la vez, productores y consumidores. Así, España puede vender naranjas y manganeso a Alemania, y Alemania, al mismo tiempo, vender maquinaria y productos químicos a España. Las naranjas y el manganeso se compensarán con las máquinas y los productos químicos. Está claro, no obstante, que este ideal equilibrio de la balanza comercial no podrá siempre lograrse de un modo rigurosamente exacto. Por ejemplo, es muy posible que las naranjas y el manganeso españoles representen un valor superior a las máquinas y los productos químicos recibidos en España, en cuyo caso, a fin de año, Alemania se encontraría con una balanza comercial desfavorable con respecto a España. ¿Cómo pueden los alemanes equilibrarlo?”

“El patrón oro ofrece una solución al problema. Los alemanes pueden enviar oro a España para saldar la deuda, porque el oro se acepta en el acto, en todo el mundo, como instrumento de pago. Toda moneda es convertible en oro a cierto tipo de cambio, y el poseedor de oro puede comprar cualquier moneda a un tipo de cambio determinado9. Este pago en oro no tendría mayor trascendencia que un simple saldo de cuentas si no fuera que todas las monedas del mundo están basadas en el oro. Si no fuera así -si todas las monedas no se basaran en el oro- España, en el ejemplo aludido, tendría más oro, y Alemania menos, pero no se produciría ningún efecto sobre los precios interiores españoles ni sobre los alemanes. Pero el efecto que, en la práctica se va a producir como consecuencia del saldo de la cuenta a través de un pago en oro, tanto sobre los precios alemanes como sobre los españoles, se fundamenta en la regla de que, cuando sale oro de un país, debe ser retirada de la circulación interior una cantidad de dinero de tal país igual al importe del oro que ha salido. Es decir, que una exportación -una salida- de oro, provoca que el Banco Central “retire” de la circulación interior billetes de banco por el valor de esa salida, con lo cual se verá obligado a reducir sus préstamos (los “depósitos en el Banco Central”) a los bancos privados, que, a su vez, deberán cancelar o reducir préstamos hechos a la industria local, y se producirá una deflación en el mercado doméstico. En otras palabras, cuando un país debe usar el patrón oro para saldar su balanza comercial -llamada técnicamente Balanza de Pagos-, se produce una contracción de la cantidad de dinero en ese país, igual a la cantidad de oro perdido.
Sabemos que la demanda, o poder adquisitivo del mercado interior de un país, depende de los créditos abiertos por los bancos a los industriales, agricultores y ganaderos del país en cuestión. Pero los créditos son -o mejor dicho, hacen función de- dinero, y la cantidad de dinero existente en un país, como ya se ha dicho, depende de la cantidad de oro existente en el Banco Central de ese país. Así se consigue que el poder adquisitivo deba depender de la cantidad de oro existente en los cofres del Banco Central. Si, de acuerdo con las leyes del retorcido sistema, debe salir oro de un país para pagar un exceso de importaciones sobre las exportaciones, se reducirá, en tal país, el volumen del dinero, de acuerdo con el siguiente ciclo:
a) Bajará el volumen de los créditos bancarios.
b) En consecuencia, bajará el volumen de la producción.
c) Lógicamente se reducirán los beneficios industriales, los salarios de los obreros y los dividendos de los accionistas.
d) También lógicamente, se reducirá la capacidad adquisitiva y, por vía de consecuencia.
e) Bajarán los precios de los productos. Y entonces se produce un círculo vicioso. La baja en los precios de los productos es causa de bajas en los salarios y, de retrueque, en la capacidad adquisitiva.
Es decir, que se ha urdido una sistema mediante el cual cuando el oro debe salir de un país, deben también reducirse los precios de los artículos de consumo y bajar los salarios.”

“esta reducción de precios hace más atrayentes -más comerciales, o más vendibles- los productos de ese país, a causa de su baratura; en lógica consecuencia, las gentes de los demás países los compran en mayores cantidades, y así aumenta el volumen de las exportaciones. El país, en cuestión se encuentra, ahora, con una Balanza de Pagos equilibrada, o incluso favorable y en condiciones, por lo tanto, de recibir oro.”

“Es decir que, en principio, el “juego” del Patrón Oro se compensa, o, si se quiere, se corrige a sí mismo. Supongamos que entra oro en un país: en tal caso, aumenta el dinero en circulación, aumentan los créditos bancarios a la Producción; aumenta la Producción; aumenta la demanda y suben los precios. En consecuencia, deben subir también los salarios, hasta que se llega a un punto en que los productos resultan demasiados caros para competir en los mercados extranjeros”

“De tal manera -pretenden los panegiristas del Patrón Oro- se consigue una uniformidad y estabilidad de precios en todo el mundo. Pero esto no es así, como demuestran los hechos. PORQUE LOS DUEÑOS DEL ORO CONSERVAN LEGALMENTE LA LIBERTAD DE RETIRARLO DE LA CIRCULACION CREANDO UNA ESCASEZ MUNDIAL.”

“En última instancia, puede demostrarse experimentalmente que ninguna falta hace el patrón oro para mantener los precios -y los salarios- estables. Más adelante hablamos del caso de Alemania, entre 1933 y 1939, en el momento en que estalla la Segunda Guerra Mundial. ALEMANIA NO TENÍA UN GRAMO DE ORO Y EL INDICE DE SUS PRECIOS VARIÓ, EN SEIS AÑOS, EN UN 0'4 POR CIENTO, MIENTRAS INGLATERRA, QUE POSEÍA INGENTES CANTIDADES DE ORO, VIÓ SUS PRECIOS INTERIORES AUMENTAR EN UN ONCE POR CIENTO EN EL MISMO LAPSO DE TIEMPO. Es más, como más adelante veremos, ni siquiera ese módico 0'4 debiera haberse producido; si se produjo fue más por causas políticas -Hitler debía tener en cuenta la situación internacional y las presiones que sufría- que económicas. De esta experiencia, así como del caso del Japón -otro país que hizo caso omiso del Patrón Oro- se deduce que el oro es completamente innecesario para estabilizar los precios, pero es necesario para los dueños del oro, pues si el mundo deja de utilizarlo, sufrirían un grave perjuicio si la gente se diera cuenta -lo que ocurriría fatalmente- que el oro, no solamente no es necesario como base de la Moneda, sino que es completamente inadecuado a tal fin, sobre todo en una época como la nuestra, en que la producción de toda clase de artículos supera en varios millares de veces la producción de oro.”