Nuestro principio es el Nacionalismo; el medio, la Revolución Nacional, y el fin, el Socialismo Nacionalista.
El Nacionalismo y el Socialismo nos son de la misma importancia porque ambos conceptos conforman una unidad inseparable: quien defiende a la Nación sin tener en cuenta al Pueblo es un burgués y quien sólo se ocupa del Pueblo es un marxista.
No nos alineamos a ninguna ideología foránea, aunque los socialismos nacionalistas tengan numerosos puntos en común; sólo adherimos a la línea histórica conformada por San Martín – Rosas – Perón, exaltando además a Liniers, Belgrano, Güemes, Quiroga e Yrigoyen, fundamentalmente. Decir Perón es sinónimo de Evita, y Rosas, de Encarnación Ezcurra, las dos mujeres más comprometidas con nuestra causa Nacional y Popular.
Tampoco nos ubicamos ni a la izquierda, ni al centro, ni a la derecha de este sistema cipayo de corrupción y hambre; somos Tercera Posición frente al sistema.
Nuestros enemigos –los enemigos de argentina y de todos los pueblos del mundo– son el Sionismo Talmudista, la Masonería y sus creaciones: Liberalismo, Marxismo y vertientes.
Creemos que hay un solo pueblo argentino, compuesto por los criollos, descendientes de inmigrantes europeos y de medio oriente y los indígenas; rechazamos, por tanto, todo racismo y separatismo entre compatriotas.
Evidenciamos una única clase social nacional: la trabajadora y productiva. A la burguesía y oligarquía financieras, apátridas y parasitarias, las consideramos parias y antiargentinas.
Distinguimos las identidades provinciales, y por consiguiente apoyamos al verdadero Federalismo, el de los caudillos, y no el ficticio de la constitución unitaria de 1853.
Somos demócratas, pero no partidarios de la vigente "democracia del rebaño", sino de la democracia del caudillo sostenida por voluntad del pueblo.
Nos oponemos al autodenominado "proceso de reorganización nacional" y a las guerrillas marxistas por igual. Hay que convencerse de que los dos bandos, financiados y dirigidos por buitres extranjeros, propiciaron la desintegración de argentina como país independiente. No queremos contemplaciones ni indulgencias: los vendepatrias deben ser ajusticiados. Sin embargo, los militares y montoneros Nacionalistas que pelearon creyendo que hacían un bien a la nación deben ser reconocidos como víctimas y héroes de este funesto período de nuestra historia.
A Cristo y a su naturaleza nos subordinamos; por esto sostenemos que lo nuestro es un Nacionalismo Socialista, Popular, Revolucionario, defensor del Orden Natural y profundamente cristiano, pero no clerical ni militarista ni chauvinista; no obstante, amparamos la libertad de culto mientras éstos promuevan el bien al prójimo, obren de acuerdo a las sanas costumbres éticas y morales y no contradigan ni nieguen los valores nacionales y cristianos.
Nacionalismo joven es signo de vanguardia, de progreso y de maduración; es el pensamiento más apropiado para la juventud argentina interesada en su patria y en su pueblo.
Luchamos por una argentina socialmente justa, económicamente independiente y políticamente soberana.
¡Uníte a la lucha!
El Nacionalismo y el Socialismo nos son de la misma importancia porque ambos conceptos conforman una unidad inseparable: quien defiende a la Nación sin tener en cuenta al Pueblo es un burgués y quien sólo se ocupa del Pueblo es un marxista.
No nos alineamos a ninguna ideología foránea, aunque los socialismos nacionalistas tengan numerosos puntos en común; sólo adherimos a la línea histórica conformada por San Martín – Rosas – Perón, exaltando además a Liniers, Belgrano, Güemes, Quiroga e Yrigoyen, fundamentalmente. Decir Perón es sinónimo de Evita, y Rosas, de Encarnación Ezcurra, las dos mujeres más comprometidas con nuestra causa Nacional y Popular.
Tampoco nos ubicamos ni a la izquierda, ni al centro, ni a la derecha de este sistema cipayo de corrupción y hambre; somos Tercera Posición frente al sistema.
Nuestros enemigos –los enemigos de argentina y de todos los pueblos del mundo– son el Sionismo Talmudista, la Masonería y sus creaciones: Liberalismo, Marxismo y vertientes.
Creemos que hay un solo pueblo argentino, compuesto por los criollos, descendientes de inmigrantes europeos y de medio oriente y los indígenas; rechazamos, por tanto, todo racismo y separatismo entre compatriotas.
Evidenciamos una única clase social nacional: la trabajadora y productiva. A la burguesía y oligarquía financieras, apátridas y parasitarias, las consideramos parias y antiargentinas.
Distinguimos las identidades provinciales, y por consiguiente apoyamos al verdadero Federalismo, el de los caudillos, y no el ficticio de la constitución unitaria de 1853.
Somos demócratas, pero no partidarios de la vigente "democracia del rebaño", sino de la democracia del caudillo sostenida por voluntad del pueblo.
Nos oponemos al autodenominado "proceso de reorganización nacional" y a las guerrillas marxistas por igual. Hay que convencerse de que los dos bandos, financiados y dirigidos por buitres extranjeros, propiciaron la desintegración de argentina como país independiente. No queremos contemplaciones ni indulgencias: los vendepatrias deben ser ajusticiados. Sin embargo, los militares y montoneros Nacionalistas que pelearon creyendo que hacían un bien a la nación deben ser reconocidos como víctimas y héroes de este funesto período de nuestra historia.
A Cristo y a su naturaleza nos subordinamos; por esto sostenemos que lo nuestro es un Nacionalismo Socialista, Popular, Revolucionario, defensor del Orden Natural y profundamente cristiano, pero no clerical ni militarista ni chauvinista; no obstante, amparamos la libertad de culto mientras éstos promuevan el bien al prójimo, obren de acuerdo a las sanas costumbres éticas y morales y no contradigan ni nieguen los valores nacionales y cristianos.
Nacionalismo joven es signo de vanguardia, de progreso y de maduración; es el pensamiento más apropiado para la juventud argentina interesada en su patria y en su pueblo.
Luchamos por una argentina socialmente justa, económicamente independiente y políticamente soberana.
¡Uníte a la lucha!
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